Hoy he recibido un comentario de un usuario del blog, el cual os  quiero dar a conocer,  se trata como podréis leer más abajo de uno de los problemas que mas sufrimos los gay.

Comentario recibido el 30/05/2011 en el artículo,  La soledad del homosexual a partir de los 40:

No sé porque escribo estas palabras, quizá por contar otro punto de vista, quizá por solidaridad, o quizá por miedo.

Yo hago una vida de hetero, tengo mi medio siglo, hijos y esposa. He de decir que efectivamente la familia constituye un núcleo de estabilidad y visión del futuro más segura.

No obstante, he tenido mis historias con chicos, algunos me han gustado más otros menos, pero en general he observado esa soledad que comentas, la he observado incluso en chicos con 30 y pocos, no ha sido comentada por ellos, simplemente se ha dejado notar, en su casa, en sus comentarios, en su estilo de vida, y efectivamente me ha aterrado la idea y he pensado mucho sobre ella

Y también me he preguntado qué sería de mí, si hubiera elegido una vida gay plena, que en el fondo es lo que he deseado siempre, al percibir esa sensación he visto lo vacío que está el sexo por el sexo.

Pienso que es un problema cultural, donde todos hemos aprendido a primar el placer instantáneo antes que el fruto del esfuerzo, si en algo se han diferenciado las relaciones hetero, pienso es en que era más difícil ligar con una chica, que con un chico, y mientras intentas gustar pasas un tiempo dedicado a pensar en esa persona y haces esfuerzos y obtienes pequeñas batallas ganadas que al paso del tiempo te hacen valorar lo que consigues con tus esfuerzos y quizá en el fondo hacen que sientas necesidad de esa persona más allá del polvo express.

En cambio entre chicos las cosas van a otra velocidad, mi experiencia aunque poca, ha sido aleccionadora, prácticamente una mirada y un polvo instant, ni sé ni el nombre. Aquí no hay esfuerzo, no hay días pensando, no hay premio, no hay lucha interior no hay nada ganado. Y si sirve de algo, lo más preciado no es lo más caro, sino lo más difícil de conseguir, eso es lo que le da valor a nuestra vida.

Viendo los toros desde la barrera, yo diría que la única forma de encontrar el amor es no buscándolo en el sexo, y por supuesto dando valor a nosotros mismos, no somos una camiseta de moda. Quizá a los 50 no hay un amor detrás de cada esquina, pero la verdad tampoco lo hubo a los 20, eso eran sólo espejismos del placer. Yo pienso que no es tanto que no haya venido el amor, como que no se ha adoptado la postura vital adecuada para hacerlo florecer.

En fin, mucha suerte y ojalá la vida traiga ese poquito de amor que todos necesitamos.

Comentario n°8 posteado por otro mas ayer a las 12h00