Para los heterosexuales hay dos tipos de homosexuales: los que les gusta dar, y los que gusta recibir. Y no es precisamente a la relativa generosidad que podamos tener con los demás. La distinción se refiere a nuestras preferencias sexuales. Pero como la mayoría de los aspectos de la sexualidad humana, no es tan simple de definir.
Hace varias décadas esta asociación era común dentro de nuestras mentes: ser activos o ser pasivos, no existía otra forma o alternativa. La genitalidad era latente, áquel que penetraba y aquel que era penetrado. El que penetraba poseía mayor prestigio ante los demás. Muchos no se consideraban como homosexuales, al contrario, creían que su masculinidad se elevaba al cuadrado. Y ya sea por interés social, económico o meramente sexual, se aventuraban a tener relaciones con otros hombres que adoptaran una postura algo “delicada”. Un claro ejemplo se da en un pueblo de Oaxaca en la hermosa república mexicana, donde se dice que existen tres géneros, “El hombre y la mujer y la muxe”. El/la “muxe” viene a ser un homosexual aceptado por todos los lugareños, y con quien muchos hombres ¿heterosexuales? o mejor dicho, “hombres que mantienen sexo con otros hombres”, mantienen relaciones sexuales estando solteros, con el fin de preservar y respetar la virginidad de la mujer hasta que ésta llegué al matrimonio.

Pero con el paso de los años, salió un nuevo concepto dentro de los clásicos roles sexuales, el versátil. También llamados inter, modernos o variables en otros países. Estos son homosexuales que disfrutan de su sexualidad siendo receptores como ejecutores. Pero al salir los versátiles no lo tuvieron muy fácil. El no posicionarse por una postura, los hacía tan desconfiables como para muchos lo es una persona bisexual que le gusta tanto hombres como mujeres. Existían inclusive foros de contacto de internet solo para versátiles. La incomprensión por parte de los demás hacía mella en su autoestima a la hora de ligar o conocer a alguien. Para los pasivos liarse con un versátil era parecido a una “estafa” y para los activos era algo amenazador. El primero no soportaba la idea de que “su hombre” sea o hubiera sido an o receptor como ellos. El segundo temía que en algún momento el versátil le pidiera “darse la vuelta y morder la almohada” o le exigiera por activa o por pasiva -nunca mejor dicho- que le correspondiera a sus preferencias sexuales. Pero a poco fueron aumentando y se tomo como un rol sexual más, ya que tenía un significado más que razonable.

 
Se podría decir que con la aparición de este término se extinguió temporalmente de nuestras mentes el concepto heterosexista. El versátil se abrió campo en medio de activos y pasivos. Inclusive muchos eminentemente pasivos o activos decidieron explorar y/o modificar su sexualidad adoptando ese rol. Se les hacia más fácil asumir su homosexualidad y aumentaban sus posibilidades para ligar. Y quienes no sentían necesidad de hacerlo, acuñaron la frase “existen maricones hembras y maricones machos, pero al final todos somos maricones”.

Con estos tres roles sexuales, parecía que ya todo estaba definido, pero no fue así. No hará más de una década que aparecieron dos nuevos términos que subdividen la versatilidad: Versátil/Pasivo y Versátil/Activo. Pero no quedó en una simple subdivisión, sino que se tomaron como roles sexuales definidos, aunque no existiera nada concreto en cuanto a su significado. Ya en páginas de contactos tenemos ahora para escoger entre cinco opciones: pasivo, pasivo/versátil, versátil, activo/versátil y activo.
Veamos cómo podemos definir esta subdivisión:

• Pasivo/Versátil. Es aquel homosexual exclusivamente al no receptor que se deja masturbar y le gusta correrse, sin necesidad de penetrar, ya sea durante o después del acto sexual. Se denominan de esta manera ya que no les va la pluma ni los manierismos femeninos.
• Activo/Versátil. También llamados “activos complacientes”, son aquellos homosexuales principalmente ejecutores, pero que les gusta practicar sexo oral a su pareja. Vamos que les gusta comer pollas hasta que descarguen y complacer a su pareja.

¿Pero a que se debe esta subdivisión de la versatilidad? Simplemente a que el concepto heterosexista volvió a nuestras mentes a pesar de la modernidad y tolerancia de algunas sociedades con respecto a la homosexualidad. Considerarse solo activo o solo pasivo merma y retrocede la mentalidad de muchos de nosotros, de la siguiente manera:

• Pasivo.- Dícese del homosexual que adopta postura femenina y no debe ni tiene que correrse para disfrutar y conseguir un orgasmo. Es más, muchos creen que no deben siquiera tener una erección. Usualmente se aplica a homosexuales con mucha pluma o a las folklóricas.
• Activo.- Dícese del homosexual que adopta la postura masculina. Su placer es penetrar sin preocuparse por el placer de la persona anoreceptora. La “mete y saca” después de habérsele practicado una felación. Los prólogos sexuales no van con ellos y van a saco.

En este maremágnum tan complejo de roles sexuales, mas de uno no sabe con cual identificarse. Y a la hora de ligar con alguien, saben que la primera pregunta a salir a flote es saber sobre su rol sexual. Inclusive decir ser versátil a secas, conlleva a la repregunta,  ¿Pero que te gusta más?.

Quizá para bien o para mal de muchos, las únicas opciones válidas que sobrevivirán sean las dos subdivisiones de la versatilidad. Quizá estemos ante los roles sexuales del nuevo milenio jugando con la  ambigüedad al resultar menos agresivo o ser un poco “light” para autodefinirse. Basta con dar una ojeada a los diferentes perfiles de páginas como el gayromeo, bakala o manhunt donde el 80% juega con estas variantes. Y digo juega porque no es más que un escapismo a lo que verdaderamente nos gusta. Ser pasivo, versátil o activo, y así disfrutar nuestra sexualidad sin disfrazarla tanto y buscarle más etiquetas de las que ya tiene.

Y a Vds.
¿Qué os gusta más?

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