Llego la hora del cierre del local y el permanecía sentado en el taburete de la barra, mirando como si se quisiera ir quedando con todos los detalles.

Yo al mismo tiempo que me ponía nervioso, me gustaba que el estuviese allí.

Pero bueno llego la hora de cerrar y le dije que nos teníamos que ir, el asintió con la cabeza y con una suave sonrisa se despidió y se marcho.

A mi me quedo una sensación muy rara, y al mismo tiempo muy agradable de haberle conocido.

Termino de recoger la barra, mientras seguía pensando en lo que había pasado, de camino a mi casa no me lo podía quitar de la cabeza, pero mientras caminaba me fui tranquilizando y a mi mismo me decía que como era posible que me pasara una cosa así. Pero el camino y el cansancio al llegar a casa me supero y me fui a dormir.

Al día siguiente ya con la mente más tranquila y más relajado le quite importancia, y empecé mi rutina diaria como si no fuese pasado nada, bueno lo deje como una anécdota.

Pasaron unos días y vino mi amigo Juan a tomarse una copa, y me comento que  en un par de días cerraba ya por el fin de temporada y que Luis le había comentado lo que estuvimos hablando aquella noche.

Yo lógicamente lo le mencione el motivo por el cual le había dicho a Luis que no. Juan tampoco me insistió en el tema por lo que yo di el tema por zanjado. Bueno eso pensé yo, fueron pasando los días no muchos dos o tres. Y sorpresa esa noche volvió aparecer Luis yo al principio no me di cuentas pero al acercarme a la barra allí estaba el sentado con su sonrisa en los labios, yo me quede mirándolo y me acerque a el.

Como saludo mío fue de lo mas distante que pude, hombre que tal? Que vas a tomar?

Bien descansando ya, que ya  termine de trabajar.

Si eso me comento juan el otro día que estuvo por aquí le respondí mientras le preparaba su bebida, en ese momento no habían muchos clientes por lo que seguimos la conversación, ninguno de los dos sacamos el tema del trabajo. Entablamos la clásica conversación entre el cliente y el barman, vamos hablar de cosas cotidianas y sin importancia.

Pero claro tenia que llegar el momento de la pregunta.

Luis mirándome fijamente a los ojos, que hizo que me sintiera atraído por el lo reconozco, cosa que no me había pasado nunca, sentirme atraído de esa forma por un hombre, que como todos y aunque  no queramos reconocerlo siempre que hemos visto un chico guapo no lo reconocemos nunca delante de nadie por lo que puedan pensar de nosotros, pero que nos damos cuenta como personas que somos que el chico es guapo.

Yo le miraba y me decía porque no, porque no puede estará aquí trabajando.

En ese momento pareció que me había leído la mente y salió la pregunta de su boca, Abraham que ese es mi nombre.

Ya tienes nuevo compañero para trabajar aquí. Y yo le respondí que si que ya teníamos uno.

El se quedo un poco triste al menos eso me pareció a mi, yo al verle le pregunte que porque me hacia esa pregunta, vamos la respuesta era evidente, pero se la hice.

Vaya como estuvimos hablando el otro día sobre mi por lo del trabajo por eso te he preguntado.

A mi sin darme cuenta darme si quiera de mi boca salió la frase, si pero mira al final hemos cogido un chico que incluso conoces tu.

El muy serio me dijo: así y como se llama. Le dije se llama Luis y estamos esperando su respuesta.

Luis? Como yo.

Si, ya te digo que le conoces y a demás muy bien.

Te estas quedando conmigo.

Para nada, pero es así.

Ya no pude aguantar mas y le dije ese Luis eres tú, vamos si aun estas interesado.

Sus ojos y su rostro cambio en un instante, se ilumino y lo peor de todo es que a mi me tenia deslumbrado desde el día que le conocí.

Desde luego que estoy interesado cuando quieres que empiece.

Pásate mañana y te concreto el día.

Ok a que hora me paso,

Bueno a la hora que puedas nosotros estamos aquí desde las seis de la tarde.

Vale mañana me paso. Se termino de tomar su copa y me vivió a ofrecer su mano para la despedida, yo acerque la mía para estrechar la suya, y vuelta a empezar el tacto suave y caliente de su mano hizo que sintiese un escalofrió desde los pies a la cabeza, pero un escalofrió muy agradable por cierto.

Al día siguiente cuando iba  caminando para el trabajo siento el claxon de un coche detrás de mí. Al girarme vi que era el.

Vas para el local me pregunto

Si voy ya para allí.

Sube y te llevo.

No, no te preocupes si esta ahí mismo al lado,

Es igual hombre ya te llevo yo.

Accedí y me subí en el coche.

Le pregunte que hacia por allí y me dijo que como no tenia nada que hacer se había venido al local como habíamos quedado.

A vale y tu cuando puedes empezar a trabajar. Por mi ahora mismo yo sonreí y me dije porque no.

Pues muy bien hoy empiezas

De verdad? Si, si tu quieres por mi no hay problema que empieces hoy.

Pues ya estoy aquí.

Yo sonreí y dije pues muy bien bienvenido al barco,

Y ahí empezó mi tormento.